ABC DEL COMERCIO JUSTO


El comercio es uno de los pilares básicos de la economía mundial. Sin embargo, las reglas del comercio internacional no son equitativas y las situaciones de los países respecto a ellas son también muy desiguales. El actual sistema comercial internacional está marcado, cada vez más, por una acentuada diferencia entre el Norte y el Sur. En este sentido, el Norte marca las reglas del juego -competitividad y máximo beneficio, entre otros aspectos-, a costa de un Sur -fuente de materias primas y mano de obra barata- cada vez más empobrecido. El comercio internacional no es neutro, es un sistema de intercambio gestionado por normas e instituciones que reflejan opciones políticas e intereses económicos.

Detrás del comercio internacional existe el rostro de millones de personas y las reglas por las que se rige incrementan su pobreza en la medida que beneficia sólo a unos pocos y aumentan las desigualdades. Por el contrario, si se modificaran las actuales reglas comerciales, éstas podrían influir positivamente en la vida de estas personas y en la erradicación de la pobreza, incluso en mayor medida que incrementando la Ayuda Oficial al Desarrollo (CONGDE, 2006). Los gobiernos de los países ricos insisten siempre en su compromiso con la reducción de la pobreza, pero no modifican sus políticas comerciales que suponen un saqueo a los países empobrecido y están causando un enorme sufrimiento a las poblaciones más pobres del mundo.

La expansión del comercio mundial en el contexto de la globalización ha tenido pésimos resultados para la reducción de la pobreza. Las desigualdades entre ricos y pobres están aumentando, tanto entre países como dentro de ellos. Según un informe de Oxfam Internacional (2002), los países de renta alta, con solo el 14% de la población mundial, acaparan el 75% del PIB mundial, y hay 1.100 millones de personas condenadas a sobrevivir con menos de un dólar al día. Las desigualdades en el comercio están intensificando estas diferencias. De cada dólar generado por las exportaciones en el sistema internacional de comercio, a los países de renta baja les llegan sólo tres céntimos.
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Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social." Articulo 23. Apartado 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos